jueves, 1 de marzo de 2018

LOS INGENIEROS DE LA O.N.U.

Los tres pilares en los que se basa la ingeniería social, que desde hace tiempo lleva construyendo los nuevos paradigmas, vendrían a ser los siguientes:

-          La Ideología de Género
-          La Carta de la Tierra
-          La Ley Ética Universal

Pekín (de toda la vida de Dios), 1995

¿Qué es el «Género»…? El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo. (¿Mande…?) El sentido del término «género» ha evolucionado (punto); diferenciándose de la palabra «sexo» para expresar la realidad de que la situación en los roles de la mujer y del hombre son construcciones sujetas a cambio. 

Esto se ha convertido en “hoja de ruta” (plan de actuación, agenda, proceso, programación, planificación… por sus siglas en español), de la ONU. Se piensa aplicar, se está aplicando, introduciéndola en las legislaciones nacionales y eliminando todo lo que se oponga a ella. Los sexos, tal y como los hemos conocido, no son nada más que producto de una educación: machista, patriarcal, que por supuesto ha establecido estos criterios para someter a la mujer indefinidamente y además someterla por completo. Por tanto, la alternativa, es simple: no eres mujer o eres hombre, te enseñan a ser una cosa o la otra; al igual que la eventual atracción hacia el otro sexo, la cual se puede dar o no. Al envolver todo esto en el paraguas de la «Libertad», todo se convierte en opcional. Podría oírse, igualmente, que esto es fruto del consenso; «consenso» que automáticamente se convierte en sinónimo de «calzador», pues no con otra cosa se han sustituido en los articulados que correspondan: cónyuge A, cónyuge B, progenitor A, progenitor B… Un cambio de modelo social absoluto, radical y profundísimo. No se le ha preguntado a nadie; se aplica desde organismos internacionales (y punto, una vez más). 

La maternidad, por ejemplo, se ha convertido ya en un trabajo reproductivo que es un lastre, liberando a la mujer de este trabajo por medio del aborto, entre otros métodos, el cual es considerado como un ‘derecho’; y que vendría a ser una conquista más. Otro ejemplo podemos encontrarlo en la creación de términos tales como «homofobia» o «transfobia». Si no le pones palabra a la cosa, vamos mal. Homófobo es cualquiera que no vea todo esto como algo perfectamente natural y defendible. Son términos muy buenos, ya que la partícula ‘fobia’ es una actitud condenable, aquí pensar de otra forma no cabe; la ‘fobia’ hay que tratarla, es un desequilibrio y el desequilibrado eres tú si no estás de acuerdo con esto. De ser un desequilibrado a estar tipificado en el Código Penal no hay más que un paso. Ya no depende tampoco de una militancia política; los grandes partidos lo han aceptado como propio, pues de otro modo corren el riesgo de no ser homologados por los demás partidos. «Deconstruir», un eufemismo de «destruir», al modo de «tolerancia cero» para expresar realmente la «intolerancia», vendrían a ser otros ejemplos; hay que «deconstruirlo» todo: «ordo ab chao», que le dicen a los aprendices, «ordo ad chao» mediante. 

En todo caso, el éxito de esta ideología, con los excesos y exageraciones absurdas que se quieran, que se hayan dado o que estén por llegar, forzosamente habrá de tener un fundamento de verdad, un fulcro en el que apoyarse. No es simplemente el resultado de uno o varios desquiciados (una o varias desquiciadas) que han alcanzado posiciones con un poder coercitivo sin precedentes, aplicándolo de manera arbitraria. Si suponemos que a veces los noticiarios no mienten, es evidente, por ir a los casos extremos, que hay mujeres que mueren a manos de hombres. El argumento radical, no sería la primera vez que se oye, es que mueren por el hecho de ser mujeres; y cuando se replica que no es del todo cierto ya que muchos de esos hombres no matan a cualquier mujer sino a la ‘suya’, pues para qué queremos más, el posesivo es un problema. No hay réplica posible cuando de lo que se trata es de secuestro y/o violación; aquí ya no es la ‘suya’… y argumentar que ‘lo estaba pidiendo a gritos’ no parece muy convincente. Tampoco podrá negarse el negocio, esperemos que residual, de la mala fe que lleva a las denuncias falsas; un modo tan cruel o más de llevarse una vida por delante. Sería deseable que, una vez pasen las primeras y segundas fiebres, las cosas encontraran unos quicios más equilibrados y racionales; esperando, eso también, que no llegue a imponerse una castración de hombres generalizada y sistemática. Cuidado con la hilaridad que algunas situaciones producen (oír miembro/miembra, portavoz/portavoza), porque es un asunto muy delicado, muy serio y ha venido para quedarse. 

Paris, 2000, Unesco

Al decir de la wiki, la versión final de «La Carta de la Tierra» se aprueba por la Comisión en la reunión celebrada en la sede de la Unesco en París en marzo de 2000. Su lanzamiento oficial tiene lugar en el Palacio de la Paz en La Haya el 29 de junio de 2000, en un acto presidido por la reina Beatriz de Holanda. Sus antecedentes se remontan a 1982 con La Carta de la Naturaleza en la Asamblea General de la ONU, a 1987 con el Informe Brundtland de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, a 1990-92 en la Cumbre en Río, a 1997 en Kioto y a otras comisiones y reuniones hasta su versión final. Gorbachov, al parecer en su preámbulo, nos viene a decir que estamos en un momento crítico de la historia en el cual la humanidad debe elegir su futuro. Está claro que con todas estas intenciones nos están llevando hacia un bien, hacia algo bueno para el planeta, hacia una globalización más justa, más pacífica, más ecológica y más sostenible. Todas las palabras son magníficas. 

En el asunto también interviene el aspecto religioso y no sólo un mero y eventual respeto hacia la naturaleza y la Tierra, como hogar de la llamada ‘comunidad de la vida’. El ámbito de la «Carta», de manera estricta, no es el religioso ni el de la fe personal; pero no será por falta de ganas en invadir y desbordar. La referencia “al todo más grande, del cual somos parte” ha sido traducida por algunos como alusión a un posible panteísmo filosófico. Si el término «todo» se hubiera escrito con mayúscula podría haber dado pie a ese tipo de especulaciones, pero al parecer viene a referirse aquí al «universo», sin que su campo tenga por qué tener una proyección filosófica. La cita respecto a “la reverencia ante el misterio del ser”, les es suficiente; pudiéndose interpretar por cada cual, sea de la tradición que sea, como le venga en gana… y así es válida para todas las partes. Cabría preguntarse por qué, si dicen no querer tener una proyección filosófica, se meten en jardines del ‘misterio’ y sobre todo del ‘ser’; sin mencionar el por qué estas cosas deben mover a la ‘reverencia’. 

El lenguaje, como es natural, sigue siendo muy importante; el desarrollo sostenible quién no lo desea, no dañar los recursos naturales, permitir ese desarrollo sin romper una cadena ecológica, que los hombres deben respetar desde luego, van creando la ilusión de que están trabajando en la buena dirección. Pero cuando luego se ve lo que están haciendo con la «Carta» propiamente dicha, y lo que ella misma dice, nos damos cuenta que es algo muy distinto de lo que estamos hablando. Es cierto que en la cumbre de Río se habla de ecología, de cómo hay que defender el planeta, las especies, la biodiversidad, &c., pero también es cierto que es el punto de partida de algo que se va a plasmar en la propia «Carta» y es esto: que debe sustituir al llamado Decálogo, a los Diez Mandamientos. Para no querer meterse en asuntos religiosos, se están luciendo. Es una advertencia, ya se ve por dónde va. ¿Por qué iba a ser incompatible una cosa con la otra…? Es mejor no hablar de compatibilidad sino de sustitución. 

La «Carta» ya ha recibido culto público. Se escribió en papiro, como si fuera un documento histórico antiguo, y se le construyó un arca que se llama “Arca de la Esperanza”;  que pretende sustituir a la llamada “Arca de la Alianza”. Construida en maderas nobles, con escenas ecológicas en los costados, se le hicieron unas angarillas para poderla trasladar en procesión... Cualquiera que vea esas expresiones externas, simbólicas, le suena como si dentro hubiera algo sagrado. Si pasean la «Carta» en un Arca de tal efecto de manera procesional y la llevan hasta la sede de la ONU, donde estuvo depositada, y de ahí a la cumbre de Johannesburgo… y dicen que lo hacen “para que ilumine a los asistentes”… ¿Qué debemos suponer que nos están contando…? Pues que nos están dando papiro… no sabemos si del bueno…  

En Hispanoamérica, aunque muchos no se enteran de lo que pasa, a poco que analizaran el amparo que están recibiendo del ‘Colegio de Ingenieros’ verían que, desde allí, llevan ya mucho tiempo vendiéndoles la moto del neo-indigenismo y otras sectas varias. Un intento de buscar la raíz de lo ‘pre-colombino’ para que vuelvan a practicarlo. Se inocula muy fácil: se les convence de que este tipo de creencias quedaron como ‘ocultas’, con la presencia española, y ya es hora de que afloren porque ahora hay «Libertad». Los sacrificios humanos, de momento y hasta que convenga, siguen guardados en el cajón. Lo importante, por un lado, es la Pachamama y la Diosa Madre que los parió, los espíritus de los Andes, &c. Y por otro, que el catolicismo sigue siendo, en el fondo, el diablo del mediodía al que hay que ‘deconstruir’. Una idea magnífica recuperar esas creencias ‘pre-colombinas’ y presentarlas como las propias de esos países, en los que ya había un precedente de ese tipo de adoración panteísta. No se escatima presupuesto. 

En última instancia la idea que subyace realmente es que los hombres (ya sean de tipo A, B, C ó D), son el problema del planeta; son la ‘plaga’ de la que hay que librar a la Tierra. Esto será útil, una vez asumido, para continuar con el proceso de destrucción. Los hombres, en efecto, ni son ni tienen por qué ser el centro; esto enlaza con otras políticas como las declaraciones de derechos, de momento, de ciertos animales; proyecto gran simio, derechos del cetáceo o derechos de la ameba a no más tardar…
 
Universidad de Nebrija, 2014

El innombrable, (ZP para los amigos), propuso en 2014, en la Universidad de Nebrija, una “alianza permanente entre las confesiones religiosas” vinculada a la ONU, para crear una “autoridad religiosa global” con dos principios: el respeto al pluralismo religioso y la paz, libertad y condena de toda violencia. Advirtiendo, eso sí, que para ser útil ese diálogo ecuménico no debe ser sólo sobre la fe, sino estar abierto a la sociedad. Esto significa que tal diálogo debe llevarse a cabo con las organizaciones feministas, porque las religiones “tienen un problema” con los derechos de las mujeres y que este asunto tiene “gran influencia en la forma de entender la vida”. Si a esto le unimos una de sus famosas sentencias: “Quiero a Bambi” (de Walt Disney), tenemos un cuadro aproximado del personaje. ¿Está solo este elemento cuando se lanza a estas piscinas…? En absoluto. Al parecer en 2015, durante una conferencia sobre feminismo en el Lincoln Center de Manhattan, Hilaria Clinton declaraba: “Los códigos culturales profundamente enraizados, las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos coercitivos para redefinir los dogmas religiosos tradicionales”. 

Es imposible abordar las infinitas aristas que estos asuntos conllevan y mucho menos agotarlos. A modo de muestra, sirvan las palabras del Presidente de la Asamblea General de la O.N.U., al iniciarse en junio de 2009 la conferencia de Alto Nivel sobre la Crisis Financiera y Económica Mundial y Su Impacto Sobre el Desarrollo, que vino a decir al respecto: 

“Una ética nueva presupone una óptica nueva. Es decir, una visión del mundo diferente origina, también, una ética diferente, una forma nueva de interrelacionarnos. […] Crece más y más la conciencia de que todos somos hijos e hijas de la Tierra y a ella pertenecemos. […] De esta nueva óptica nace una nueva ética. Una nueva forma de interrelacionarnos con todos los que viven en nuestra morada humana y con la naturaleza circundante. Hoy la ética o será planetaria o no será ética…” Siendo su conclusión: “Para terminar, quiero testimoniar mi profunda convicción de que el escenario actual no es de tragedia sino de crisis. La tragedia termina mal con una Tierra desbastada pero que puede continuar sin nosotros. La crisis purifica, nos hace madurar y encontrar formas de superación satisfactorias para toda la comunidad de vida, del ser humano y de la Tierra. El actual dolor no es el estertor de un moribundo, sino el dolor de un nuevo parto…” 

Esta nueva ética, como es lógico, está vaciada totalmente de la idea de Dios; cosa que estaría muy bien si hubiera existido una preparación previa, porque a falta de ésta, lo que en realidad crece como las esporas son las brujas televisivas, futurólogos de todo pelaje, abrazadores de árboles profesionales, toneladas de superstición, &c. Bueno, esa es la idea que realmente buscan, para qué extrañarse. Se trataría de hacer una Ética consensuada, basándose en principios supuestamente democráticos (fundamentalistas en realidad). De hecho son muy pocos los que deciden y, como en el caso de la «Ideología de Género» o la «Carta de la Tierra», pobre del que no vea esto como lo correcto. Ya no habrá más conflictos a causa de la religión. ¿No es genial…? Otra versión del «Fin de la Historia». Probablemente ya estará todo consensuado. 

En el fondo, lo que sobra aquí de manera general no es la ‘religión’ en abstracto (hay tantas, ¿verdad…?), sino toda religión llamada «Revelada»; más concretamente todo lo que huela a ‘Cristianismo’ y de manera más específica, como ya se ha dicho, el diablo del mediodía ‘Católico’. Es el enemigo a batir. Ya vendrán después otras fases en las que arrinconar al resto de cristianos, hombres islamizados y judaísmo… que quizás piensen equivocadamente que esto no va con ellos; más aún, a tenor de lo que hacen o expresan muchos de ellos, hasta podrían estar siendo utilizados para tal fin: las sectas ortodoxas van un poco a su aire, los protestantes no serían nada sin los católicos (son su razón de existir), a muchos judíos les basta la idea-fuerza «Expulsión» (curiosamente sólo la española; el resto de expulsiones las sobrevuelan) y los hombres islamizados, con cortar cabezas, están al cabo de la calle. Hay mucha colaboración incluso entre elementos católicos: Roma y pederastia van de la mano en muchas ocasiones. No sabemos cómo actuarán cuando «pederastia» deje de estar mal visto, cada vez falta menos, pero seguro que algo encontrarán; estará mal visto ser «Pederófobo». 

En Roma, que serán lo que se quiera pero tienen muy pocos pelos de tontos, no comulgan con este tipo de consensos y, como es lógico, tienen su propia versión de los hechos y de lo que debería ser una «Ética Universal». Las raíces de este asunto podríamos encontrarlas, en parte, en la ilustración radical francesa que ya define la ‘Revelación’ como algo rechazable, se ha ido desarrollando durante todo el XIX y principios del XX, luego ya ha venido la ‘Nueva Era’ y han venido todos confluyendo así, de manera sectaria, dando a luz al nuevo «Ser Humano» que es en lo que estamos.

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